Desde que con 17 años, alguien me dio a escuchar el album Ummagumma , para después seguir con una de sus obras maestras, Meddle, la música de Pink Floyd ha sido la ensenada que me ha dado refugio durante los temporales cotidianos. Cuando necesitaba un transporte a otras realidades, a otros mundos, ahí estaban los grandes clásicos de Pink Floyd. Porque eso es lo que hace ésta música. Abrir una puerta en el tiempo y en el espacio hacia una dimensión en donde es posible trascender la realidad.
Si algo bueno tienen las nuevas tecnologías es la posibilidad de conservar, preservar y difundir éste inmenso legado.
Porque siempre he tenido esto muy presente:
LA ÚNICA Y VERDADERA PATRIA DEL SER HUMANO ES EL ARTE.
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